Foto: Ditchling en la década de 1920

viernes, 29 de octubre de 2010

Distributismo (ii)

[Escrito original de Karl Jahn. Traducción, títulos y notas de la Liga Distributista.]

La Liga Distributista

En 1925, Chestertón fundó un periódico llamado G. K.’s Weekly; del cual se extrajeron algunos escritos que luego fueron publicados como El marco de la cordura. El Distributismo se convirtió en una fuerza organizada cuando la Liga Distributista quedó fundada el 17 de septiembre de 1926. El Distributismo nunca obtuvo un seguimiento masivo. Sus adherentes eran intelectuales menores influenciados igualmente por el socialismo y el catolicismo: hombres como A. R. Orage, editor del New Age, un fabiano convertido al Distributismo tras pasar por el socialismo corporativista; A. J. Penty, un arquitecto influenciado por William Morris y John Ruskin, que había abandonado la Sociedad Fabiana por su materialismo, y abogaba por La restauración del sistema de guildas (1906); Maurice Reckitt, un anglo-católico y socialista cristiano; W. R. Titterton, a quien Chesterton personalmente convirtió del socialismo al catolicismo, y quien abogaba por la deportación de judíos, escoceses, galeses e irlandeses de Inglaterra; Eric Gill, que también se convirtió del socialismo al catolicismo, y que partió a vivir en forma autosuficiente en un terreno, sin el beneficio de máquina alguna; el Padre Vincent McNabb, un sacerdote dominico que alentaba la destrucción de toda maquinaria y el retorno de toda la población al campo; y Sir Henry Slesser, un político laborista y también otro fabiano convertido al catolicismo. [1] Tanto G. K. Chesterton como Belloc, como ya se notó, habían sido originalmente liberales, pero G. K. y su hermano Cecil eran anglo-católicos y brevemente estuvieron involucrados en el movimiento socialista cristiano. Cecil se había unido a la Sociedad Fabiana, y luego se convirtió al catolicismo romano en 1913; Gilbert esquivó el fabianismo y, finalmente, se convirtió a la Iglesia de Roma en 1922.

Chesterton era el presidente de la Liga, pero Titterton hacía casi todo el trabajo organizacional. La Rama Central de la Liga se reunía en el “Devereux”, un pub cerca de Fleet Street [2]; organizaba las actividades principales de la Liga —conferencias y debates públicos— y fue casi idéntica al comité editorial del G. K.’s Weekly. Rápidamente se establecieron en todas las Islas Británicas y más allá, incluso tan lejos como Australia, capítulos subsidiarios, que eran esencialmente círculos de lectura y discusión. La Liga alcanzó su apogeo en 1928, llegando a contar con más de dos mil miembros.

Una ocasión en que los distributistas se metieron en la arena política fue cuando protestaron por la concesión de un monopolio a la Compañía General de Ómnibus de Londres, sacrificando a los muchos ómnibus de pequeña propiedad privada. Más de un millón de personas firmaron una petición contra ello, pero el monopolio quedó finalmente establecido en 1933. Los distributistas condicionalmente apoyaron al Partido Laborista, donde participaba Sir Henry Slesser, y esperaban vencer con la idea gremial a los sindicalistas; G. K.’s Weekly apoyó resueltamente la huelga general de 1926. Sin embargo, los sindicatos se mostraron más dispuestos a la burocratización y a la dependencia estatal que al sistema de guildas, por lo que la Liga se volvió contra ellos en 1930. Frustrados por todos los canales ordinarios, los distributistas se volcaron a ideas vagas de revolución social, monarquía popular o, incluso, dictadura, y de representación política sobre lineamientos corporativistas. La Liga se desbandó, y el Weekly dejó de publicarse, tras el fallecimiento de Chesterton en 1936.

Belloc mantuvo siempre cierta distancia del G. K.’s Weekly y de la Liga, porque era pesimista respecto a todas las posibilidades, pero siguió elaborando el programa y la interpretación de la historia sobre líneas distributistas en obras como La restauración de la propiedad y La crisis de la civilización. Se retiró tras sufrir un ataque en 1942, y murió en 1953.


Viñeta del 10º Aniversario de G. K.'s Weekly



[1] El autor sintetiza un poco y exagera bastante en estas caracterizaciones, aparentemente con el fin de resaltar lo variopinto del grupo nuclear de la Liga Distributista.

[2] Fleet Street es la calle de Londres donde se encontraban las oficinas de la mayoría de los diarios y periódicos.


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